La llegada del 5G está levantando muchas expectativas desde hace tiempo, pero pese a que las grandes operadoras se hayan lanzado a proclamar su inminencia por cuestiones de marketing, lo cierto es que dada la infraestructura que se precisa serán necesarios varios años para que esté plenamente operativo con todas sus capacidades (El 4G tardó desde 2011 hasta 2019 en llegar al 95% de la población).
Además, hay cierta confusión entre el 5G y lo que se denomina como el ‘Internet de la cosas‘, la gran transformación tecnológica que se supone que cambiará sustancialmente la manera en la que usamos Internet, al permitirnos por ejemplo interactuar con los objetos que nos rodean en nuestra vida cotidiana. Así, el Internet de la cosas o IoT operaría a través de las redes 5G, pero no son sinónimos, con lo que la llegada de uno no implicaría automáticamente la del otro.
Lo que sí es cierto es que muchas de las novedades y avances de las redes móviles de quinta generación serán anticipadas antes por las actuales redes 4G, en una versión mejorada que recibe diversas denominaciones: 4G+, 4,5G o 4,9G.
¿Qué cambios traerá el 4G+?
Las innovaciones más importantes del 4G+ afectan a la capacidad de las redes y a la velocidad de conexión de nuestros dispositivos, así como a la reducción de la latencia, es decir el tiempo que pasa entre que realizas una acción y se ejecuta, o lo que es lo mismo lo que tarda un paquete de datos en transferirse.
Así el 4G+, también conocido como LTE Advanced, es un precursor del 5G que opera combinando dos frecuencias distintas, a diferencia de las redes 4G convencionales que lo hacen solo por una de las tres frecuencias disponibles. Esta innovación tecnológica que se denomina ‘carrier aggregation‘ permite que podamos tener una conexión más estable, y por tanto una mayor velocidad de descarga en nuestros dispositivos.
Con todo, aunque teóricamente las velocidades de descarga puedan incrementarse hasta el 50%, la influencia de factores como las interferencias hace que realmente ese aumento se quede en tan solo entre 100 y 150Mbps más.
¿Cuál es la mejor opción para las conexiones a Internet de los hogares?
Esta tecnología no tardará tanto tiempo en llegar como la del 5G pero todavía dista mucho para que esté plenamente operativa y extendida por todo el territorio. Además, hay que tener en cuenta que aunque se sirva de la red de 4G que en teoría está desarrollada a efectos prácticos en la actualidad ni siquiera llega en las mismas condiciones a todos los lugares.
Asimismo, el 4G+ también tiene importantes limitaciones que todavía no se han resuelto, como por ejemplo que las mejoras en la velocidad solo afecten a la descarga de archivos, ya que para la carga hasta que llegue el 5G no se espera un incremento significativo a este respecto.
Este problema no ocurre por ejemplo en las conexiones a Internet por fibra simétrica, al permitir esta por sus características que las velocidades de carga y descarga se igualen. Mientras que por su propia naturaleza no depende de una red de antenas que pueda dejar alguna zona sin cubrir o con una cobertura débil.
De ahí que a día de hoy la fibra simétrica sea una excelente solución para el Internet de los hogares y lo vaya a seguir siendo en un futuro inminente.
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