
Si bien es cierto que los adultos nos hemos tenido que ir acostumbrando a usar Internet y algunos dispositivos electrónicos, los niños son nativos digitales. Y es que han nacido rodeados de teléfonos móviles, tablets, dispositivos electrónicos de todo tipo, y en una sociedad que ya no concibe su evolución sin ir de la mano de la tecnología.
Por primera vez en la historia son las nuevas generaciones las que controlan mejor el medio que sus antecesores.
Los jóvenes, atraídos por la idea de sentirse integrados en la sociedad en la que vivimos, cada vez comienzan a interesarse antes por el uso de Internet y de dispositivos electrónicos. Sin olvidar el gran impacto que ejercen sobre ellos las redes sociales o aplicaciones móviles como videojuegos, chats, etc.
Si hacemos referencia a la relación entre Internet y educación, esta puede ser una herramienta maravillosa siempre y cuando se utilice adecuadamente. Si no se utiliza con precaución, su uso viene asociada a muchos peligros. Ser conscientes y cuidadosos con su uso es fundamental.
Por eso, es importante que los padres conozcan y estén al tanto del uso que los menores hacen de Internet. Qué usos hacen de esta poderosa herramienta, qué páginas visitan, qué contenidos consumen, qué contenidos comparten, con quién se relacionan, etc. Para, así, evitar algunos de los problemas más extendidos como ciberacoso, el consumo de contenidos inadecuados para su edad, etc.
Internet nos ofrece un mundo fascinante lleno de posibilidades. Si lo asociamos a la educación tiene infinidad de ventajas como la búsqueda de todo tipo de información en muy pocos segundos. Lo que antes nos llevaba horas, o incluso días, ahora está a nuestro alcance sin apenas esfuerzo.
Sin embargo, a usar Internet adecuadamente se aprende. Es importante guiar a menores y adultos en su uso para evitar que se expongan a los peligros que esconde el uso de Internet.
Por qué es importante conocer los riesgos del uso de Internet en menores
La adolescencia es una etapa de la vida con unas características propias que la convierten en factor de riesgo. Algunas de estas características son las siguientes:
- Necesidad de conseguir cierta independencia y autonomía.
- Búsqueda de identidad y definición de la personalidad.
- Influencia directa del entorno.
Además de los riesgos que pueden suponer el consumo de contenido inadecuado, compartir datos personales, compartir contenidos inapropiados, etc. También debemos añadir el riesgo, cada vez más extendido, de la adicción a las nuevas tecnologías.
Estar permanentemente conectados se está volviendo una necesidad, y es importante prevenir desde la infancia y adolescencia para que esto no suceda.
Tanto si tienes hijos menores de edad como si no es tu caso, en este post queremos que conozcas algunas pautas importantes para aprender a navegar por Internet de forma segura.
Para ello queremos hacer referencia a una especie de contrato entre padres e hijos, elaborado por el Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional, que puede ser muy interesante para el uso adecuado de Internet:
- Los padres y el menor harán conjunta y racionalmente la compra. Además, guardarán la garantía, factura, accesorios y cualquier elemento que incluya y pueda ser necesario como el PIN, PUK o IMEI.
- El menor comenzará a utilizar y a configurar el dispositivo de forma conjunta con el padre, madre o tutor legal. Con el objetivo de instalar únicamente las aplicaciones necesarias y que puedan ser de utilidad.
- Si el usuario del dispositivo es menor de edad, el adulto y el menor instalarán de forma conjunta aplicaciones para garantizar la seguridad. Estas serían filtros parentales, antivirus, apps rastreadoras para usarlas en caso de pérdida, y celo en la webcam para evitar el acceso de terceros.
- El usuario (nombre del niño) se compromete a usar el dispositivo siempre cumpliendo las normas legales, así como las normas de uso del centro escolar o de cualquier otro recinto.
- El usuario también se compromete a cumplir unas normas de uso, que pueden establecer los padres de mutuo acuerdo. Esto incluye horarios, espacio y momento en el que lo puede utilizar.
- El padre, madre o tutor conocerá las claves de acceso y contraseñas. Aunque estas solo se utilizarán para revisar los estrictamente necesario, respetando así la intimidad del menor.
- El acompañamiento y control se irá relajando según vaya creciendo y demuestre su responsabilidad.
- Las redes sociales tienen una edad mínima de uso. En caso de no cumplir esa edad deberá compartir el acceso con un adulto para que supervise la actividad en estas plataformas.
- En redes sociales, o cualquier otro tipo de plataforma, el usuario no agregará a nadie que no conozca en la vida real y evitará compartir cualquier tipo de datos personales con cualquiera.
- En caso de tener dudas o problemas el menor acudirá a sus padres para buscar una solución. Si esto se produjera en el ámbito escolar acudirá a sus profesores. O, en caso de gravedad o de ser necesario, a la policía.
- El usuario no compartirá ninguna imagen íntima. En caso de recibir cualquier ofensiva sobre alguien lo eliminará para evitar que se siga reenviando.
- El usuario se compromete a no usar el dispositivo para ofender o humillar a nadie.
- El usuario evitará la conexión permanente con chats, juegos, redes sociales o cualquier otro tipo de aplicaciones.
Estos son algunos de los requisitos que elaboró la policía nacional con el objetivo de que sirviera de modelo o ejemplo de lo que podría ser un contrato entre los padres de un menor y el menor en cuestión. De esta forma podremos controlar e intentar evitar ciertos problemas provocados por el mal uso de Internet y las nuevas tecnologías.